martes, 15 de agosto de 2017

CURIOSIDADES MATEMÁTICAS: EL CERO



La historia del cero no es sencilla. Los antiguos babilonios en un principio no disponían de un símbolo para el cero, un hecho que generaba dificultades en su notación, ya que no se usaba como marcador de posición, sino que se basaba en el contexto, una confusión similar a la que tendríamos hoy si los números 57, 507 o 570 no tuvieran ceros que los diferenciaran, en su lugar, los escribas babilonios dejaban un espacio donde debía haber un cero. Más adelante, como muestran las tablillas que datan del 200 a.C., los babilonios inventaron un símbolo, para marcar el vacío entre ellos, y designar la ausencia de una figura, aunque es probable que no consideraran al cero un número como los demás. Los antiguos griegos y romanos, célebres ingenieros, por el contrario, no lograron dar un nombre a la «nada». Los judíos y los griegos se valían de las letras de sus respectivos alfabetos (lo que introdujo relaciones carentes de significado entre palabras y números, y dio lugar a las supersticiones disparatadas de la numerología). Quizá, la primera investigación sobre la escritura del cero se realizó en el año 628 d.C., cuando el matemático indio de 30 años llamado Brahmagupta utiliza el cero en operaciones matemáticas, haciendo uso del mismo como un «número» y explica las reglas para su uso con otros números, y en su libro Brahmasphutasiddhanta («la apertura del universo»), en el que explicaba el movimiento de los planetas y el método para calcular su trayectoria con precisión, definió, por primera vez en la historia, lo que era el cero: «el cero es el resultado de restar un número a sí mismo». Señaló además, que cualquier número multiplicado por cero es cero. Al pensar en el cero como un número, Brahmagupta fue bastante avanzado. Alrededor del año 665, la civilización maya de América Central desarrolló también el número cero y lo usaron en diversas formas, pero parece que su logro no repercutió en otras culturas. Por otra parte, el concepto indio del cero se propagó a los árabes, quienes pudieron tomar esta noción de los indios hacia el año 700, y llega a Europa a través de éstos, y el cero de esta manera fue promulgado en occidente por Leonardo de Pisa, también conocido como Fibonacci (c. 1175 – c. 1250), en su Liber Abaci (Libro del ábaco), publicado en 1202. Instruido en la aritmética indoarábiga, reconoció el poder del uso del símbolo adicional 0, que en árabe se llamaba zephirum, combinado con los símbolos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9; pero no como número al mismo nivel que ellos. La noción del cero inició un movimiento que permitió a la humanidad trabajar con más facilidad con números grandes y alcanzar eficacia en los cálculos para el comercio, la astronomía, la física, la química o la industria.

Bibliografía

BENTLEY, PETER J.;  El libro de las cifras: el secreto de los números / [traducción de Joan Vilaltella y Cristina García]. (2008)  Editorial: Barcelona : Paidós Ibérica, [2008]; 272 p.

BROWN, RICHARD L.; 50 teorías matemáticas creadoras e imaginativas / colaboradores, Richard Elwes ... [et al.]. 1ª ed. Barcelona : Blume, cop. 2012. 160 p.


CRILLY, TONY; 50 cosas que hay que saber sobre matemáticas / Joanne Baker ; traducción de Enrique Herrando Pérez. 1ª ed. Barcelona : Ariel, 2009. 218 p. 

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